Crónica de la II Vuelta a Asturias Cicloturista

Fecha: 18-09-2015

Crónica de José Ramón Castro

Fotos de Milio Rozada

A las cinco y media de la tarde regresaba a La Morgal la columna cicloturista que después de tres días y rodar 420km  por tierras asturianas, además de cántabras y leonesas rendía viaje y epílogo a la 2ª Vuelta Cicloturista a Asturias en grupeta.

Todo comienza a las nueve de la mañana del viernes  11 de septiembre, cuando el ordenado pelotón, rodando de dos en fondo y dirigido por los capitanes de tramo, enfilan a Lugo de Llanera y cruzando Siero y su capital alcanzan el alto de La Campa y entran en la Plaza El Güevu de Villaviciosa, donde se hace la primera pausa, avituallando en la hostelería de la zona. Ccon cambio de capitanes se abandona la villa malialya, respetando el horario y rutómetro, hacia Colunga y Ribadesella, entre el Cantábrico y El Sueve, magníficamente presidido por el Picu Pienzu.

Cruzamos el Sella por el famoso puente y vamos hacia tierras llaniscas por las praderías de la rasa costera entre playas y acantilados  y las peñas del Mofrechu.

 

 

 

En Posada giramos hacia el sur y paramos en Huera de Meré para el almuerzo. Allí encontramos la agradable sorpresa de dos grandes ciclistas profesionales llaniscos: los Sobrino, padre e hijo, vieja gloria uno y en activo Keko en las filas del MMR- Inteja dominicano. Nos soportaron amablemente e hicimos las fotos de rigor para la posteridad.

Después de la excelente comida en El Picul’Salgar, reanuda la columna marcha con nuevos capitanes por el desfiladero del Río les Cabres al alto del Ortiguero y las Estazadas. Río Casaño abajo, bajamos a Cabrales, terminando esta primera etapa en Arenas no sin antes hacer la obligada parada en el Pozu la Oración y la foto con el fondo de Picos y el Urriellu destacando milagrosamente en un cielo no del todo diáfano.

Nueva agradable sorpresa al llegar a la cafetería San Telmo: Pepe Sarrapio es un parroquiano habitual y posa con la grupeta mientras recordamos aquella victoria del tour en Futuroscope. Ha sido un día de encuentos con las viejas glorias del pedal asturianas.

El sábado, 12 a las ocho de la Mañana se organiza el “treno” delante del San Telmo y echa a andar para enfrentarse a la terrorífica jornada de 170km en la que hay que superar los 1.610m del puerto de San Glorio.

Se rueda pegados al río Cares, encajonados entre los blancos picachos y las verdosas aguas hasta Panes, donde, girando al sur, subimos por el desfiladero de la Hermida, siendo ahora el Deva el que se presta de espejo a tanta hermosura. Es temprano y la peligrosa y transitada carretera aún está en calma, permitiéndonos entrar sin sobresaltos en la Liébana y su capital: Potes. Nos preparamos para el ataque de San Glorio con un buen café y una quesada en la hostelería local y, tras cumplir el rito de la foto frente a la torre del Infantado y con el fondo del macizo de Andara brillando a la luz de la mañana, reanuda la marcha la grupeta, con nuevos bríos y guías.

 

 


 

A 18km de la cumbre se da libertad a los cicloturistas y se forman pequeños grupos según afinidad y nivel físico para vencer al gigante. Los más en forma aprovechan la ventaja para subir hasta el mirador de Llesba y contemplar la inmensidad de los Picos de Europa.

El rutómetro se ha calculado con precisión y el grupo final llega cumpliendo horario. Ya todos juntos y ordenados y con la renovada pareja de capitanes de ruta al frente, bajamos a cruzar las tierras del valle de la Reina y entramos en el nuevo Riaño, aprovechando la hora y media programada para reponer fuerzas con el excelente menú y servicio del mesón El Molino.

Cuando reanudamos la marcha las majestuosas calizas presididas por el pico Yordas se reflejan en el embalse y, mientras cruzamos el viaducto sobre las aguas, la flecha blanca del Espigüete apunta al cielo entre el macizo de la montaña palentina. Rebasada la presa, bajamos por el valle del Esla hasta que lo abandonamos por la derecha para encarar los dos duros kms de Sabero, que rompen el orden en la grupeta tras los 140km rodados. Se restablece el “treno” y el grupo entra en Boñar, completando la jornada. Las instalaciones y buen hacer del hotel Nisi recupera a los cicloturistas para la última jornada.

 

 


 

Amanece lloviendo en Boñar este 13 de septiembre, aunque cuando echa a andar la grupeta ya no llueve. Bien conducidos, ruedan por el valle y embalse del Porma hasta alcanzar los 1.520m de San Isidro en el horario previsto, entrando en Asturias de nuevo y deslizándonos hasta la bien ganada pausa de Felechosa.Bajamos el valle de Aller y recalamos en Pola, la de Lena, para el merecido almuerzo. Tras el mismo, el club organizador de la Vuelta Cicloturista a Asturias en grupeta, el Grupo Ciclista Buenavista, y mediante su presidente, entrega a cada participante el diploma acreditativo de haber realizado la prueba.

 Ya solo queda retornar a la Morgal, atravesando Oviedo, dando un ejemplo de uso de la vía pública y convivencia entre ciclistas, vehículos y peatones.

Una nueva experiencia saldada con éxito, que dejó en los participantes el deseo de seguir celebrándola en años venideros.

Este año, además de cicloturistas del club organizador, participaron representantes de la Peña Manzanillo de Gozón, Sociedad Cicloturista Asturiana y los gallegos del Club Ciclista de Vigo.